La influencia vital de los océanos

No importa a qué distancia de la costa usted viva, los océanos ejercen una gran influencia en su vida, la de sus familias y sus vecinos. Los océanos regulan el clima del Planeta Tierra, absorben la radiación solar y por medio de las corrientes distribuyen el calor a través del planeta. Parte de ese calor es retenido en la atmósfera, lo que posibilita la vida.

También, juegan un rol fundamental en el ciclo hidrológico; alrededor del 97% del agua del planeta se encuentra en los océanos, que además absorben gran parte del CO2 atmosférico y producen cerca de la mitad del oxígeno de la atmósfera.

Nuestra economía, igualmente, depende de ellos. Por ejemplo, Puerto Rico importa aproximadamente 85% de los alimentos que se consumen en el País y al igual que la mayoría de las importaciones y exportaciones, el transporte se realiza por vía marítima. El turismo -uno de los pocos segmentos de la economía que demuestran crecimiento- depende fundamentalmente en la oferta y el atractivo de nuestras playas. De acuerdo a estudios realizados por el Programa de Manejo de la Zona Costanera, adscrito al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, la alternativa de recreación preferida por los puertorriqueños es ir a la playa con la familia. El desarrollo del turismo y la recreación enfrentan muchos retos, pero también está lleno de grandes oportunidades.

De acuerdo a un informe sobre la economía de Puerto Rico e Islas Vírgenes, preparado para la Administración Nacional Oceánica y Atmosféfica (NOAA, por sus siglas en inglés), la pesca comercial y deportiva genera un número importante de empleos directos e indirectos en Puerto Rico. Además de la pesca comercial, la venta del producto de esta, su comercialización y expendio en restaurantes, la pesca recreativa y el turismo náutico, son actividades generadoras de empleos que dinamizan la economía regional de muchas áreas costeras del país.

La influencia oceánica también se manifiesta en riesgos para la vida y la propiedad. Aproximadamente un 62% de la población de Puerto Rico vive en los 44 municipios costeros; gran parte de la infraestructura de servicios, puertos, aeropuertos, plantas de generación de energía eléctrica y gran parte de nuestra infraestructura hotelera se encuentra en las costas. Alrededor de 525,469 personas viven en áreas inundables, situación que tiende a agravarse debido al aumento en la incidencia de eventos extremos de precipitación y marejadas. La erosión de las playas, por su parte, amenaza propiedades públicas y privadas vulnerables. Sobre 60% de nuestras 1,225 playas enfrentan procesos leves, moderados o acelerados de erosión; Rincón, Vega Baja, Dorado, San Juan, Loíza y Luquillo, entre otros, enfrentan procesos acelerados de erosión. Este problema no solo afecta al turismo y a la recreación, o hace más vulnerables a la infraestructura localizada en las costas. La pérdida de playas también significa la pérdida de hábitats para lasespecies amenazadas o en peligro de extinción como las tortugas marinas.

Apenas un 3% del fondo marino ha sido explorado y este se percibe como un espacio misterioso y desconocido; sin embargo, nuestras actividades pueden tener un profundo impacto en la vida de los océanos. Todos podemos contribuir a protegerlos. Las acciones comienzan por mantener nuestros ríos y playas libres de contaminantes y desperdicios sólidos. Se dice que vivimos de espaldas al mar, pero los océanos están cada día más presentes en nuestras vidas.

¡Cuidémoslos!

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