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El valor de las áreas protegidas de Puerto Rico


Las áreas naturales protegidas de Puerto Rico incluyen terrenos en bosques, playas, humedales, montañas, islas y cayos, parques urbanos, colinas y valles ubicados en suelos fértiles. Estos terrenos proveen agua, lugares para la recreación, hábitats para las plantas y la vida silvestre, son fuente de madera y alimentos, y actúan como amortiguadores de los efectos adversos relacionados a eventos climáticos tales como tormentas, huracanes y el aumento del nivel del mar.

En estos tiempos económicos difíciles, algunos podrían pensar que la venta de estos terrenos puede ser una solución para el pago de la deuda. Por medio de tasación pudiésemos medir en dólares y centavos el valor de los mismos, y tratar de convencernos de que para resolver la crisis económica, debemos sacrificar algunos. Pero realmente, ¿cuánto valor tienen estas tierras?

Las áreas naturales protegidas administradas por entidades públicas nos pertenecen. Las protegemos para disfrutar los servicios que prestan y para asegurar estos beneficios a futuras generaciones. Algunos de los servicios que brindan pueden cuantificarse: en galones de agua, turismo, tarifas de usuarios, productos forestales, capacidad de amortiguamiento de la infraestructura. Sin embargo, es necesario preguntarse: ¿Cuál es el valor de un paseo por el bosque? ¿Cuánto vale recargar nuestra energía al aire libre? ¿Cuánto vale para usted y su familia poder poner sus pies descalzos en una corriente de agua fría en un día caluroso? ¿Cuál es el valor de una brisa fresca y una hermosa vista? ¿Cuál es el valor de un día de playa con un exuberante bosque verde de fondo? ¿Cuánto vale ver nuestras aves endémicas saltar entre hojas y ramas en los bosques nublados en lo alto de los picos de las montañas? ¿Cuál es el valor de saber que las plantas y los animales que no se encuentran en ningún otro lugar de la tierra tienen su hogar aquí? ¿Cuál es el valor de saber que esta es su tierra? Es difícil traducir a dólares y centavos.

La cantidad relativa de áreas protegidas en Puerto Rico está por debajo del promedio de América Latina y Estados Unidos. En una pequeña isla, cada cuerda de terreno cuenta y todos tenemos una participación en cómo manejamos los terrenos públicos para beneficio común y de generaciones venideras. Este patrimonio no debe estar a la venta. Su valor en servicios ecológicos y beneficios sociales, culturales y económicos van más allá de cualquier ganancia monetaria a corto plazo. Debemos sacar estas tierras de la mesa de negociaciones. Por ejemplo, hay edificios abandonados en muchos centros urbanos que pueden revitalizarse, hay tierras privadas ricas en recursos de madera y suelos que pueden ser manejados de manera sostenible para que sean productivas, podemos compartir nuestro patrimonio natural con los visitantes locales y extranjeros, y existe un valor ilimitado del capital humano de Puerto Rico.

Es el momento de solidarizarnos con el compromiso de proteger nuestras áreas protegidas que representan el capital natural junto con el humano para crecer y prosperar.

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